CALIDAD DE VIDA DE LA PERSONA CON EPILEPSIA



 
B.González[*], M. Pérez-Rancel, [*][*] R. Ruggiero[*][*][*]
RESUMEN:
La ignorancia sobre la enfermedad y la actitud de las personas en su entorno se traduce en discriminación del paciente con epilepsia, lo que hace aumentar la inseguridad, y lo coloca en situación de desventaja, limitando su desarrollo y evolución tanto en el ámbito familiar, social como en el laboral. La integración de individuo epiléptico a la sociedad requiere de las personas que conforman su entorno y de la participación de grupos especializados. Con el objetivo de evaluar la calidad de vida, como bienestar físico, mental y social del individuo, se aplicó a un grupo de  97 personas con epilepsia, un cuestionario sobre su estado de salud física y mental, actividades sociales, educación, sexualidad, función cognitiva, estabilidad laboral, estado financiero y acceso a los servicios médicos especializados.  Se evaluó la calidad de vida, vinculada al buen estado de salud y por consiguiente a la autoestima. El aspecto social, económico y funcional está asociado con hábitos de tabaquismo, consumo de café, alcohol y drogas, como también a factores de estrés y sedentarismo.  El enfoque sobre cambios en el estilo de vida, alimentación, incorporación al ejercicio, recreación, apariencia personal puede reducir el sentimiento de depresión e impotencia generado por la incertidumbre y falta de conocimiento sobre el problema de la epilepsia.  El factor humano es decisivo en la prevención y cuidado de la salud y debe ser objetivo prioritario como política de salud pública.

INTRODUCCIÓN.
La introducción del término “calidad de vida” es importante para alcanzar un objetivo óptimo en el tratamiento y la prevención de la Epilepsia, tratando al individuo más que a su patología.
El interés inicial por la calidad de vida fue considerado más en el ámbito socio-político, para luego adquirir importancia en el contexto médico, visto como un esfuerzo para influenciar la práctica de la medicina clínica en un enfoque de progreso y bienestar.
Etimológicamente la calidad de vida significa, de acuerdo a sus componentes,  calidad;  como el conjunto de cualidades de una persona, y/o la excelencia alcanzada en la condición social, moral y jurídica, en el espacio de tiempo que transcurre desde el momento de su nacimiento hasta su muerte.
Colman define la calidad de vida como el equilibrio existente entre las expectativas del paciente sobre su propia vida y la experiencia que le toca vivir. (1)  La percepción del paciente de su enfermedad afecta más a su calidad de vida que la gravedad real de la enfermedad.
Se estima que existen tantas definiciones de calidad de vida como individuos, pues las escalas de valor y las diferentes circunstancias tienen diferentes significados en cada persona y en su desempeño social, cultural, económico, laboral, etc.
En la sociedad moderna, tanto la salud como el cuerpo y la mente tienen que enfrentarse al entorno realizando un constante intercambio de energía, por lo tanto, la salud se ve sometida a múltiples exigencias. La aparición súbita de la epilepsia genera miedo a lo desconocido, cambio de la realidad, reajuste en la calidad de vida del individuo, hay un cuestionamiento y negación  de la enfermedad, pérdida de autoestima y depresión.
Desde la reunión de la Liga Internacional contra la epilepsia celebrada en Portugal en 1992 se buscó un cuestionario que permitiera valorar la calidad de vida.  Las Escalas hasta ahora elaboradas son la Quality of life in Epilepsy (QOLIE) (1993), en la cual se tomó en cuenta “el sentir” del paciente sobre su enfermedad y la repercusión que ésta tiene sobre su vida. De esta se derivó el QOLIE 10, prueba corta y rápida que orienta la situación del paciente. Luego el QOLIE-89  y el QOLIE-31 que hacen un análisis más amplio y llevan más tiempo de aplicación, por estar orientadas a la evaluación neuropsicológica del paciente y su posibilidad de tratamiento quirúrgico.(2)
Posteriormente un Proyecto, (FEGEA), Ficha evolutiva global de epilepsia en adultos, que permite un análisis amplio. Explora la problemática inherente a la calidad de vida en los pacientes con epilepsia y numerosos aspectos de comorbilidad con la enfermedad como problemas de comportamiento, depresión, ansiedad, etc. (3)
La Escala QOLIE -10 ha sido validada y explora en 10 preguntas aspectos de la epilepsia y subjetividad del paciente con respecto a su enfermedad; memoria con respecto a su estado de ánimo, limitaciones laborales, limitaciones sociales, efecto de medicamentos, temores ante las crisis y como percibe su calidad de vida.(4)
Es necesario considerar la subjetividad del concepto “calidad de vida”, en ella influyen la familia y los grupos sociales. Al aparecer súbitamente la epilepsia el individuo tiene miedo a lo desconocido, al reajuste en su estilo de vida, se siente deprimido, pierde su autoestima, hay impacto familiar hay incomprensión mala interpretación sobrenatural, religiosa o misteriosa o desconocimiento de la enfermedad por parte de algunos familiares, hay restricciones, la sociedad cierra sus puertas, los amigos lo evaden, sienten lastima.(5) Esto permitió una serie de razonamientos pseudo científicos que aún permanecen arraigados al nivel cultural.
Se ha evaluado el impacto emocional y psicológico del diagnóstico de la enfermedad en el paciente epiléptico, sus autolimitaciones, sus relaciones con familiares y amigos cercanos y la reducción de trabajo o estudio.
En estudio realizado en Hong Kong en 2002, la actitud social ante una persona con epilepsia es; no saber cómo ayudarlo, tener miedo, y despedir del trabajo a una persona con convulsiones.(6)
  La calidad de vida puede considerarse como un constructo teórico- valorativo útil para evaluar las percepciones sobre el grado de bienestar tanto individual como social en una determinada población. La calidad de vida permite estimar el grado de bienestar general que alcanza una persona en lo físico, mental y social.  También se considera la calidad de vida como un proceso continuo dinámico de adaptación durante el cual el individuo debe ajustar sus deseos a los del entorno social y que puede variar con el tiempo. (7)
La OMS registra más de 50 millones de personas con epilepsia en el mundo, 80 % en regiones en desarrollo, un 70  % responde al tratamiento, un 75 % de afectados no reciben el tratamiento que necesitan, los pacientes y sus familiares son  víctimas  de  estigmatización y discriminación en muchas  partes del mundo.(8)
Las Escalas que miden la calidad de vida en epilepsia, (QOLIE- 10 Y 31)  toman en cuenta la salud física; dolor, molestias, energía, fatiga, actividad sexual, sueño y reposo. Indagan sobre la salud psico social: afectos, pensamientos, aprendizaje, memoria, concentración, habilidades,  autoestima, imagen y aspecto corporal. Interrogan sobre aspectos de independencia en su vida cotidiana, el hogar, su trabajo, medicación, movilidad, comunicación con el entorno, sus relaciones amorosas y apoyo social y de servicios de salud. Y con respecto a factores del ambiente su satisfacción laboral, en el hogar, recursos financieros, actividades recreativas.(9-10)
Con el objetivo de evaluar las características de calidad de vida de un grupo de pacientes atendidos en la sede de la Liga Venezolana contra la epilepsia en Caracas, Venezuela, (LIVECE) se elaboró un cuestionario con base en las Escalas empleadas a nivel mundial en el que se interroga sobre variables demográficas, estado físico, psicológico y autoevalución de su entorno.

MÉTODO
En el estudio de carácter analítico transversal se aplicó a una muestra intencional de 92 personas con epilepsia el Cuestionario sobre Calidad de Vida de la persona con epilepsia. La cohorte de  pacientes proviene de todo el territorio nacional por ser la Liga el servicio de referencia destinado a su diagnóstico, observación y seguimiento clínico en Caracas.
Como criterios de inclusión se consideraron edades entre 15 y 65 años, diagnóstico comprobado, cualquier tipo de crisis epiléptica, control y seguimiento adecuados y que hayan aceptado participar como informantes. Dentro de los criterios de exclusión se trató de pacientes con retardo mental, portador de otra patología u otra enfermedad médica o psiquiátrica.
El cuestionario se dividió en las siguientes secciones:
Datos demográficos: Nombre, Edad, sexo, Lugar de nacimiento, Nivel educativo, Dirección y teléfono.
Ocupación: Estudia o trabaja, le gusta su estudio, siente satisfacción,  tiene interés, se concentra, se comunica con otros, tiene un lenguaje fluido, cuáles son los logros obtenidos.
Hogar: Tareas de la casa, problemas y satisfacción
Estado Físico: ¿Cómo se siente? tiene molestias, tiene cansancio, se siente con energías, Tiene algún dolor, se ha caído, cuál es su aspecto físico, se observa higiene y  cuidados personales.
Hábitos: Hábitos de higiene, formas de alimentación, sueño, sexualidad, café, cigarrillos, alcohol, drogas.
Estado Psicológico: Tiene: animo, tristeza, depresión, ansiedad, memoria, Como funcionan los sentidos: vista, olfato, gusto, oído. Cuáles son sus creencias religiosas. Tiene pareja, apoyo familiar, autoestima, rechazo social, discriminación, toma decisiones, enfrenta problemas, está satisfecho.
En su tiempo libre: Que actividades realiza, con qué frecuencia, tiene planes familiares y con amigos, se lleva bien con otros, siente afecto, qué le agrada, no tiene problemas.
De esta manera, se intenta evaluar la complejidad de la enfermedad y la calidad de vida del paciente a través de un enfoque holístico en sus dimensiones biológica, psicológica y social.

RESULTADOS:
     La edad promedio de los pacientes estudiados fue de 32 años. El 50 % hombres y el 50 % mujeres. 65 % solteros y 72 % sin hijos.
    El 68 % solo llego a culminar la educación básica primaria, el 16 % estudio bachillerato, un 11 % educación universitaria y 3 % educación técnica superior. (Gráfico Nº 1)
     La ocupación más alta fue un 29 % de empleados, seguido de un 23 % de estudiantes, un 21 % de oficios del hogar, 15 % de obreros y 12 % de desempleados.
       La variable estabilidad económica indica diferencias de acuerdo al nivel educativo alcanzado. (Tabla Nº 1)
     La ansiedad de los pacientes también se relacionó con la estabilidad económica. Un 60 % admitió presentarla y provenían de estabilidad mala o regular(Tabla Nº 2).
        Un 41 % de los pacientes dice sentir depresión.
        La frecuencia de las crisis se muestra en el gráfico Nº 2. Y la relación de esta con la actividad sexual en la tabla Nº 3.  Además un 34 %  de los pacientes epilépticos presenta crisis  parcial compleja y un 45 % crisis parcial simple. Un 54 % de los pacientes es tratado con biterapia, 9 % con politerapia y un 37 % con monoterapia.  La tolerancia al medicamento fue regular en el 57 % delos casos, buena en 36 % y mala en 8%.
        El registro del sueño fue bueno en un 62 % de los casos, regular en 30 % y malo en un 8 %.
      En los hábitos de consumo el café tiene un 30 %, el alcohol un 23 %, el tabaco 19 % y un 3 % consume drogas.
       Un 93 % considera su alimentación de buena a regular y solo un 7 % dice que es mala.
       Un 57 % de los pacientes dice contar con un buen apoyo familiar, 32 % lo considera regular y solo 3 % dicen que es deficiente. Sin embargo un 20 % siente el rechazo social.  La buena autoestima es ayudada por la actividad social. (Tabla Nº 4)

CONCLUSIONES:
El análisis de los resultados obtenidos en este estudio con la aplicación del cuestionario de calidad de vida,  nos muestra una población joven cuyo diagnóstico de epilepsia fue realizado hasta trece años después de su comienzo.  En algunos casos había antecedentes genéticos de crisis en otros miembros de la familia.
Hay que resaltar la importancia del apoyo familiar que se traduce en una mayor aceptación de la epilepsia como parte de su vida, en la búsqueda por mejorar sus condiciones. 
Acudir a centro especializado y un diagnóstico temprano, recibir asesorías y  tratamientos terapéuticos contribuye a una evolución favorable como parte de la aceptación social.
La severidad observada se debió a la presencia de status convulsivos en aquellos casos de mal cumplimiento del tratamiento con fuerte influencia alcohólica, drogas o tabaquismo acentuado.
En cuanto a los aspectos sociales, se observó poca o ninguna participación en actividades recreativas (64%), aunado al hecho de encontrar un 41 % de depresivos y un 88 % con ansiedad. Estas estadísticas coinciden con otros estudios sobre la depresión y ansiedad en pacientes epilépticos.  También nos indica la necesidad de implementar mecanismos de apoyo social y educativo involucrando directamente al entorno familiar, mejorando la autoestima y controlando la discriminación o rechazo social.
En la aplicación de la escala se observa como los factores de riesgo, físicos, sociales, emocionales y económicos están íntimamente relacionados a la calidad de vida, también referido en otros estudios. (11-16)
La orientación hacia el cuidado de la salud deberá ser la primera estrategia en el afrontamiento del problema de la epilepsia, por lo tanto hay que favorecer medidas que integren una información sobre el tema, sus causas, orígenes, evolución, prevención, tratamientos incluyendo los avances terapéuticos y todo esto acompañado por un adecuado apoyo emocional, ya se ha demostrado que es una variable considerable en la condición epiléptica y su recuperación.
El enfoque sobre cambios en el estilo de vida, tipo de alimentación, incorporación al ejercicio, recreación, apariencia personal, puede reducir el sentimiento de depresión e impotencia generadas por la incertidumbre y falta de conocimiento sobre el problema de la epilepsia.
Por otra parte el apoyo familiar donde se establezcan vínculos de cariño, estima y colaboración mutua puede influir positivamente sobre la salud del epiléptico. Los grupos de apoyo permiten la identificación de vivencias comunes asociadas a la epilepsia, favorecen loa comprensión y manejo de aspectos psicosociales que contribuyen al tratamiento integral de la epilepsia y mejoran la calidad de vida.
Es útil la visión holística del paciente que incluye la consideración de variables subjetivas, objetivas y socioculturales donde se complemente la Escala de medida de la calidad de vida y el sistema diagnóstico. Las preguntas abiertas permiten valorar la perspectiva personal del paciente en la complejidad de las variables involucradas que va más allá de procedimientos estandarizados. (17-21)). Permite evaluar múltiples variables que intervienen en el carácter objetivo y subjetivo de la enfermedad.
Con respecto a la Escala utilizada para evaluar la calidad de vida podemos observar el cumplimiento de criterios  sobre objetivos precisos de medida de la enfermedad y variables relacionadas con la calidad de vida. A pesar de la complejidad de la enfermedad nos permite discriminar sobre el grado de la epilepsia, su control y la conducta seguida por el paciente. Las preguntas siguen la pauta de otros instrumentos para medir la calidad de vida y está adaptada a nuestro medio. (22)
Es un instrumento con validez de criterio al compararlo con otras Escalas empleadas y validez de constructo al compararlo con otras contribuciones teóricas en el campo de la medición de la calidad de vida en epilepsia. Su validez de contenido intenta cubrir los factores de riesgo similares en otras escalas de calidad de vida. Y su confiabilidad es factible debido a la multiplicidad de factores que interviene y a la necesaria consideración subjetiva del abordaje del objeto de estudio.

REFERENCIAS.
(1)      Calman, K Quality of life in cancer patients, a hypothesis. J Med Ethics 1984;10:124-127
(2)      Sociedad Española de Neurología www.epilepsiasen.net/node190  SALUDALIA grupo de epilepsia.
(3)      Oliveros-Juste, A  Aplicación de la Escala de calidad de vida del adulto con epilepsia. (FEGEA). Rev Neurol  1997;25:422-428
(4)      Codina F, Viteri C, Cobaleda S, LaHuerta J, Barriga V, Barrera J Morales M. Validación de la versión española del cuestionario de calidad de vida en epilepsia. QOLIE-10. Neurologia 2008; 23:157-167
(5)      Alvarez G. II Congreso Latino americano de Epilepsia. México 2-5 julio 2004. WWW.
(6)      Fong, C, Hung, A   Awareness, attitudes and understanding of epilepsy in Hong Kong special administrative región China. Epilepsia 2002;43(3);311-316
(7)      Ivanovic-Z, F Calidad de vida en la Epilepsia  Rev Chilena de Epilepsia 2003; 4(1);
(8)      OMS- Epilepsia. Who.int/mediacentre/es
(9)      Cramer J, Perrine K, Devinsky O, Meador K  A brief questionarie to screen for quality of life in epilepsy; the QOLIE 10  Epilepsia 1966; 37:577-582
(10) Orley J Development of the world health Quality of life Instrument. En: Dodson WE, Trimble M: Quality of life in epilepsy. New York Raven Press 1994
(11) Perinne K Congett, S Problemas neuroconductuales en epilepsia EPILEPSIA   Ed. Interamericana Vol I 1994: 123-144
(12) López V., Hernández M., Barraga C., Watemberg N., Legido S. Calidad de vida en pacientes adolescentes con epilepsia en Mexico. Rev Med Hondur, 2010;  78 (4); 169-224
(13) Torres A., Arroyo S., Araya S. Adaptación del QOLIE en Epilepsia. QOLIE 31. Rev Psiquíatrica Fac. Med Barna. 2000; 27(7):406-13
(14) Hurtado R., Ramírez G., Lamas F., Gallegos R  Calidad de vida en pacientes adultos con epilepsia. Rev Iberoamericana para la Investigación y Desarrollo Educativo. ISSN 2007-2619
(15) Rivera T., Troncoso S, Silva. Factores pronósticos de la calidad de vida en pacientes con epilepsia.  Rev Chilena Epilepsia 2005;6(1);1-7
(16) Pérez- Galdos, P  Estudio de la calidad de vida y factores pronósticos de los pacientes. Acta Médica Peruana  2010; 27(4):244-249
(17) Ivanovic-Z, F  Psicopatología en la epilepsia. Ed. Mediterranea. Santiago de Chile 2010
(18) Martínez D., Labrode J., Pedrás A., López E, Tenías J.     Rev Neurología 2013; 56(12):608-614
(19) Miranda G., Arceo M  La calidad de vida de los pacientes epilépticos determinada por la aplicación de la escala QOLIE 31. Rev Sanid Milit México 2006; 60(2): 76-81
(20)  Vinaccia S., Japcy N., Quiceno A., Gaviria A., Dey M  Calidad de vida relacionada con la salud en adultos diagnosticados con epilepsia. Rev de Psicopatología y Psicología Clínica  2008; 13(2):85-96
(21) Velarde E., Avila C. Consideraciones metodológicas para evaluar la calidad de vida. Salud Pública de México 2002; 44(5): 448-463
(22) Moreno L, Cano F, García H  Epidemiología Clínica. La medición de la calidad de vida.  Ed. Interamericana - Mc Graw-Hill México 1994

                                                                        



ANEXOS

Tabla Nº 1
Nivel Educativo – Estabilidad Económica
Nivel Educativo
Estabilidad Económica
Total
Mala
Regular
Buena
Primaria
15
36
12
63
Secundaria
2
8
6
16
Tec. Superior
0
2
1
3
Universitario
2
2
6
10





Total
19
48
25
92

Tabla Nº 2
Ansiedad – Estabilidad Económica
Ansiedad
Estabilidad Económica
Total
Mala
Regular
Buena
SI
17
43
21
81
NO
2
5
4
11





Total
19
48
25
92

Tabla Nº 3
Frecuencia de las crisis – Sexualidad
Frecuencia de las crisis
Sexualidad
Total
Mala
Regular
Buena
Diaria
4
1
0
5
Semanal
7
2
0
9
Mensual
7
26
6
39
Anual
4
25
10
39





Total
22
54
16
92

Tabla Nº 4
Actividad Social – Autoestima
Actividad Social
Autoestima
Total
Mala
Regular
Buena
Excelente
Ninguna
6
3
1
0
10
Poca
4
29
16
0
49
Adecuada
0
5
27
1
33






Total
10
37
44
1
92


Gráfico Nº 1


Gráfico Nº 2


[*] [*]­­­­­­­­­­­­­­­­­­­  González Beatriz. Unidad de Promoción y Desarrollo de la investigación. Comisión de Estudios de Postgrado. Facultad de Medicina.   UCV. Liga Venezolana contra la Epilepsia.(LIVECE)
[*] [*]   María Pérez Rancel.  Profesora Titular. Jubilada.  Cátedra Salud Pública Facultad de Medicina. UCV  Unidad de Promoción y Desarrollo de la Investigación. Comisión de Estudios de Postgrado. Facultad de Medicina UCV
[*] [*][*]Rosaria Ruggiero. Profesora Escuela de Bioanálisis. Facultad de Medicina
UCV. Unidad de Promoción y Desarrollo de la Investigación. Facultad de Medicina. UCV